Decir que los relatos de Eider Rodríguez me han fascinado es quedarse corta. Me he quedado completamente pasmada. Algunos son como un puño en plena cara, o estómago, otros te arrancan la piel y otros son capaces de despertar ternura dentro del horror nuestro de cada día. Ser mujer entre el peso y la inconsistencia que eso puede conllevar, no reconocerse en los detalles que cambian inesperadamente, partir, volver, huir, perderse, perder, arrastrarse, volver hacia atrás, volverse del revés.

Una escritura increíble.

(Irene G.)